Historia de los números decimales
Las antiguas civilizaciones no utilizaban las fracciones decimales.
Los egipcios se centraron en las fracciones unitarias y los babilonios utilizaban
un sistema sexagesimal manejando fracciones cuyos denominadores
eran potencias de 60.
Aunque las fracciones decimales (y, por tanto, los números decimales)
eran conocidas y utilizadas por árabes y chinos, se atribuye generalmente
al científico y matemático belga Simon Stevin (1548-1620), en sus obras
la Thiende y la Disme, la introducción de los decimales en el uso común.
Stevin no utilizó nuestro actual sistema de notación sino un sistema propio
un tanto enrevesado.
Así, donde nosotros escribimos 923,456, él lo hacía: 923(0) 4(1) 5(2) 6(3)
simbolizando 923 unidades, 4 décimas, 5 centésimas y 6 milésimas.
Más tarde, el suizo Jobst Bürgi (1552-1632) simplificó esa notación eliminando
la mención del orden de las unidades decimales consecutivas y poniendo junto
a la cifra de las unidades el signo °. Así, el número 923,456 se escribía como:
923°456.
En lo que respecta a nuestra coma decimal no se popularizó su uso hasta
que no fue utilizada por el escocés John Napier (1550-1617).
Actualmente, en los países anglosajones se utiliza un punto para separar
la parte entera de la decimal; así, en el número anterior: 923.456.
Se cree que su uso comenzó en 1616 con la traducción de una obra de Napier
al inglés realizada por E. Wright.
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